CAÑOS DE CARMONA
Calle Luis Montoto números 28
Calle Luis Montoto números 28
Se conoce con este nombre a la conducción de agua que, desde los acuíferos Alcalá de Guadaira, abasteció durante varios siglos a la ciudad de Sevilla.
Juan de Mal Lara en su libro Recebimiento que hizo la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla a la C.R.M. del Rey D. Philipe N. S. publicado en Sevilla en 1570, describe los caños "que llaman de Carmona , no porque vengan desde Carmona, sino porque desde Torreblanca hasta Sevilla vienen por el mismo camino y calzada que van a Carmona" y continúa explicando que se recibe en la ciudad "subiendo por cima de la puerta [de Carmona] donde está el repartimiento del agua y de allí va por los muros [...] hasta el Alcázar mucha de esta agua".
La conducción inicial es de origen romano, si bien apenas existen referencias escritas sobre esta obra hasta el último tercio del siglo XII, cuando el historiador almohade Ibn Sahib al-Salat al-Bayi da cuenta de las reparaciones realizadas en tuberías y arcadas para restablecer el suministro interrumpido durante varios siglos y puesto de nuevo en servicio en 1172.
Desde las minas de origen la conducción de agua discurría en su principio por tuberías subterráneas y alimentaba a varios molinos en las inmediaciones de Alcalá, estaba controlada mediante lucernarios y salía a la superficie en los alrededores de Torreblanca, que por eso acuñó el apellido "de los caños"
Una vez salvada la puerta de Carmona un gran depósito recogía el agua que era distribuida en dos ramales, uno hasta el alcázar mediante una tubería incrustada en la muralla, como puede apreciarse en la actualidad en los jardines de Murillo y en el Callejón del Agua y otro hasta la Alfalfa donde un gran aljibe almacenaba el agua que se distribuía por diversas fuentes públicas. Posteriormente un tercer ramal llevaría el agua desde la Cruz del Campo hasta la Buhaira, en cuyas inmediaciones aún existen semienterrados restos de la conducción.
A lo largo de su existencia la conducción fue objeto tanto de modificaciones como de reparaciones que no siempre se llevaron a cabo ni con la diligencia ni con el acierto necesario para una obra de tal envergadura y tanta importancia para la vida de la ciudad.
La política de expansión urbanística llevada a cabo por el Ayuntamiento suprimió gran parte de las murallas de la ciudad y sus puertas en el último tercio del siglo XIX, y a principios del XX se suscitó una gran polémica con motivo del proyecto de derribo del acueducto. A los planes del Ayuntamiento, presidido por el Conde de Halcón, su unieron los vecinos del barrio de la Calzada, que en mayo de 1911 incluso llegaron a manifestarse ante el Gobierno Civil y el propio Ayuntamiento pidiendo la demolición tanto acueducto como de la alcantarilla de las madejas. La Comisión de Monumentos Históricos de Sevilla, presidida por José Gestoso, era favorable a la demolición, argumentando según consta en el acta de 9 de Mayo de 1911 que su construcción carecía de interés artístico y arqueológico, que no pasaba de ser una vulgar obra de albañilería antigua, y que no podían anteponerse los criterios de conservación a las necesidades de higiene y a las exigencias de urbanización, por lo que debía permitirse el derribo del acueducto obligándose a conservar un número de metros determinado por común acuerdo entre el Ayuntamiento y la Comisión de Monumentos.
Esta situación tuvo gran repercusión en el Ministerio de Instrucción Pública, que ante la firme postura de la Real Academia de la Historia, presidida por Menéndez Pelayo, reclamando y argumentando en favor de la conservación envió a inspectores para que informaran sobre el caso, pero ninguna de las gestiones emprendidas tuvo éxito y en 1912 se inició el derribo. La cobertura del Tagarete, las obras del ferrocarril en los años veinte, la expansión urbanística de los años sesenta y las remodelaciones viales con motivo de la Expo de 1992 dejarían a la ciudad con sólo unos pequeños tramos del acueducto: en la calle Luis Montoto números 28 y en la calle Cigüeña número 1, en las inmediaciones de la confluencia de la carretera de Málaga con el antiguo cauce del Tamarguillo.
Referencias bibliográficas:
—ACUEDUCTO DE SEVILLA. Carlos Fernández Casado. C.S.I.C. 1970
—COPIA LITERAL DEL ACTA DE LA JUNTA DE MONUMENTOS DE SEVILLA EN LA QUE CONSTA... Edición facsímil. Biblioteca Virtual Cervantes
—LA CIUDAD ALMOHADE Y LOS CAÑOS DE CARMONA. Alfonso Jiménez Martín. Aula Hernán Ruiz. Sevilla 2007
— RECEBIMIENTO QUE HIZO LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE SEUILLA A LA C.R.M. DEL REY DON FELIPE N.S. Juan de Mal-Lara. Sevilla 1570.
—RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL DE LOS CAÑOS DE CARMONA. Laura Suárez Quirós. T.F.G. Universidad de Sevilla. 2016
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