CÁRCEL REAL


CÁRCEL REAL DE SEVILLA
(s. XIII - s. XIX)
Calle Sierpes nº 85

Cervantes la describió como "Universidad de los pícaros y Colegio mayor del Hampa, donde toda incomodidad tiene su asiento..." y Mateo Alemán como "república confusa, infierno breve, muerte larga..." Ambos escritores pasaron algún tiempo presos entre sus muros, como también lo estuvieron Alonso Cano, Martínez Montañés y otros ilustres personajes.

En la fachada del edificio, en la parte que linda con el número 83, hay un paño de azulejos pintado por Gonzalo Bilbao y en la más próxima a la plaza de San Francisco existe una lápida conmemorativa de la estancia de Cervantes, con este texto: "EN EL RECINTO DE ESTA / CASA, ANTES CÁRCEL REAL / ESTUVO PRESO (1597 Y 1602) / MIGUEL DE CERVANTES / SAAVEDRA / Y AQUÍ SE ENGENDRÓ, PARA / ASOMBRO Y DELICIA DEL MUNDO, / EL INGENIOSO HIDALGO / D. QUIJOTE DE LA MANCHA / LA REAL ACADEMIA SEVILLANA DE / BUENAS LETRAS ACORDÓ PERPETUAR / ESTE GLORIOSO RECUERDO / AÑO DE MCMV"

La fundación de esta cárcel se remonta al siglo XIII, poco después de la conquista de la ciudad por Fernando III de Castilla y a lo largo de los siglos fue objeto de numerosas ampliaciones y reformas, entre las que destacan las realizadas por Hernán Ruiz el Joven y Benvenuto Tortello en el siglo XVI. Fue convertida en Cárcel Real y llegó a ocupar una superficie superior a las cuatro hectáreas.

En 1716 el arquitecto Juan Navarro levantó los planos del edificio; son cinco láminas coloreadas y con textos que describen las instalaciones y sus servicios; se conservan en el Archivo Histórico Nacional y  están reproducidos y analizados con detalle en la obra del profesor Teodoro Falcón que figura al pié de esta reseña como referencia bibliográfica.

Gracias a Cristóbal de Chaves abogado de la Real Audiencia y al jesuita Pedro de León (1544-1632), que ejerció su ministerio en la cárcel, se conocen los pormenores de la vida en la misma, su organización, costumbres y acontecimientos que sucedieron en su época.

La entrada principal estaba en la calle Sierpes, existió una zona habilitada para el cuerpo de guardia, y hay una placa que lo recuerda en la actual calle Entrecárceles, llamada así por estar situada entre la cárcel de la Audiencia y la cárcel Real.

El edificio contaba con un patio central en el que había una fuente alimentada con agua procedente de los llamados caños de Carmona. Contaba con enfermería, barbero, cocinero y lavandera, tabernas, bodegones y tiendas con productos de alimentación. Estaba dividida en diversas estancias o ranchos, cada cual con su nombre.

Había una gran discriminación entre los reclusos dependiendo de sus posibilidades económicas, a cambio de buenas sumas de dinero podían disponer de estancias privadas. Su masificación e insalubridad eran considerables, los excrementos se almacenaban en un estanque hondo y grande que se vaciaba cada cuatro meses y en el cual se introducían los sentenciados a azotes huyendo de sus verdugos.

Hubo épocas de extrema laxitud. Las visitas entraban y salían libremente hasta las diez de la noche, se producían robos de prendas entre los propios reclusos que luego se vendían en los mercados de la ciudad, era frecuente la tenencia de armas en el recinto y, según Chaves, "suelen dormir de noche en la cárcel de ordinario ciento y más mujeres". Se produjeron dos  grandes fugas en diferentes épocas: una a través del desagüe de la fuente hacia la plaza de San Francisco y otra por un túnel excavado hasta una casa en la plaza del Salvador.  

Este establecimiento penitenciario estuvo en uso hasta el año 1835 en que fue trasladado al desamortizado convento de Ntra. Sra. del Pópulo, en la actual calle Pastor y Landero.

Enlaces relacionados:
https://personal.us.es/alporu/histsevilla/carcel_real_sevilla.htm

Referencias bibliográficas:
—RELACIÓN DE LAS COSAS DE LA CÁRCEL DE SEVILLA Y SU TRATO. 1585-97. Cristóbal de Chaves. (Reedición 1983) Colección "Clásicos El Árbol" .Editorial J. Esteban. Madrid.
—LA CÁRCEL DE SEVILLA. Teodoro Falcón Márquez. Universidad de Sevilla. Revista del Departamento de Historia del Arte. 1996
  

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