Catalina de RIBERA



CATALINA DE RIBERA
(¿1447?-1505)
Paseo Catalina de Ribera

Catalina de Ribera y Mendoza, hija de Per Afán de Ribera y María de Mendoza fue una destacada noble y filántropa de la Andalucía del siglo XV. Sus abuelos paternos fueron Diego Gómez de Ribera, Adelantado Mayor de Andalucía y Beatriz de Portocarrero y los maternos fueron Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana y Catalina de Figueroa.

A finales de 1474 Catalina se casó con su cuñado Pedro Enríquez, señor de Tarifa, viudo de su hermana Beatriz, un matrimonio que fortaleció los lazos entre las familias Ribera y Enríquez. Gracias a esta unión, la familia Enríquez adquirió importantes propiedades, títulos y cargos, incluido el de Adelantado Mayor de Andalucía, que había sido mantenido por María de Mendoza.

Sus alianzas políticas y estratégicas fueron fundamentales, Pedro era tío de Fernando el Católico y hermano del almirante de Castilla, mientras que Catalina tenía fuertes lazos familiares con figuras prominentes, como el duque del Infantado y el cardenal Mendoza. Tras la participación de Pedro en varias campañas políticas y militares, murió en 1492, dejando a Catalina al cargo de sus bienes.

En los años posteriores a la muerte de Pedro, Catalina se centró en expandir su fortuna, adquiriendo propiedades en los alrededores de Sevilla, especialmente olivares ya que existía una gran demanda de aceite en las Reales Almonas, de las que llegó a controlar hasta el 50% de sus rentas. También obtuvo permiso real para crear mayorazgos para sus hijos, Fadrique y Fernando. Fadrique heredó varias propiedades, incluido el palacio conocido como Casa de Pilatos, mientras que Fernando recibió el que se convertiría Palacio de las Dueñas.

Los últimos años de Catalina estuvieron dedicados a obras piadosas, destacando la fundación del Hospital de las Cinco Llagas en honor a su madre, María de Mendoza. Dotó al hospital con grandes recursos, lo que permitió a su hijo Fadrique encargar la construcción de un edificio monumental extramuros de la ciudad, frente a la puerta Macarena. Estuvo en servicio hasta el año 1982 y desde 1992, tras intensas reformas, es la sede del Parlamento de Andalucía.

Catalina falleció en 1505 y fue enterrada en la Cartuja de Santa María de las Cuevas. Su tumba, encargada por su hijo en Génova, fue una de las primeras obras renacentistas que se vieron en Sevilla.

En 1898 el Ayuntamiento de la ciudad dedicó a su memoria un espacio público, conocido hasta entonces como Paseo del Pino, procedente de la antigua Huerta del Retiro del Real Alcázar en el que se diseñó un sencillo jardín con arboleda. En 1920 se encargó al arquitecto Juan Talavera la urbanización de la zona en la que incluyó un monumento en homenaje a Catalina de Ribera adosado al muro del Real Alcázar;  consta de varios cuerpos superpuestos sobre una fuente y en los que figuran un relieve del siglo XVI con seres mitológicos, pinturas al fresco alegóricas el escudo de la ciudad y a la fundación del hospital y un retrato de Catalina en azulejos, bajo el cual está fijada una lápida con esta inscripción: A LA EGREGIA FUNDADORA / DEL HOSPITAL DE LAS CINCO LLAGAS / DÑA CATALINA DE RIBERA Y MENDOZA / MADRE AMANTÍSIMA DE LOS POBRES / A QVIENES DIO SV CORAZÓN Y SUS RIQVEZAS




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